El Ministerio Ideal

el predicador debe ser semejante a Cristo, estar en el puesto de Cristo, tener la seguridad absoluta de una comisión divina, persuadido de que es embajador de Cristo, no por selección sacerdotal, ni por la ley de la oferta y la demanda, sino por un llamamiento eficaz de Dios, y persuadido de esto, tomar la verdad de las santas Escrituras, desarrollarla, ilustrarla, amplificarla por la iluminación y la persuación ybajo la dirección del Espíritu Santo, tenerla intensificada con una convicción profunda y perenne, fundida en el fuego de nuestra alma, y luego derramarla sobre oídos y corazones que esperan, por la bios tocados por el fuego del altar de Dios, la exposición del evangelio eterno, acompañada por los auxilios de buena presentación, voz y ademanes. Esto es la predicación.